Para poder iniciar un negocio o empresa, muchos empresarios o emprendedores deben recurrir al financiamiento, ya sea a través de la banca o de otros mecanismos.

Pero, ¿qué se recomienda a la hora de solicitar un préstamo? ¿Cuáles instrumentos tienen mejores beneficios para quien se financia? El experto financiero, Javier Trujols, en un artículo de su autoría, cita las ventajas y desventajas del financiamiento a través de bonos o mediante préstamos.

Financiar una empresa a través de emisiones de bonos o con un préstamo, son diferentes vías para obtener nuevos recursos y, aunque puedan ser similares, existen diferencias marcadas entre ambos. Típicamente, las corporaciones cuentan con la opción de financiarse mediante un crédito a largo plazo o vía emisiones de títulos valores de deuda.

Trujols explica que generalmente, cuando la empresa se financia a través de emisiones de bonos, puede pactar un interés fijo con los inversionistas que, en algunas ocasiones, es menor a la tasa del préstamo que pueda conseguir a través de una entidad financiera.

Cita como otro de los beneficios para las empresas al emitir valores de deuda, que no tienen restricciones en cuanto a lo que pueden hacer con el dinero, mientras que muchos bancos sí establecen limitaciones con respecto a tomar decisiones claves de la empresa, hasta que se haya cumplido con los compromisos de pagos predefinidos en el contrato.

También, señala que la tasa de interés del préstamo podría variar significativamente, sobre todo si es a largo plazo.

Sin embargo, indica que, a diferencia de los bonos, los préstamos pueden modificarse o reestructurarse en beneficio del prestatario. El experto financiero puntualiza que el proceso administrativo de solicitar un préstamo suele ser menos tedioso y más económico que estructurar una emisión de bonos.

“Estas dos formas de financiación funcionan de forma similar, ya que la empresa está solicitando un préstamo que tendrá que pagar a una tasa y a un plazo predefinido. Cuando una empresa pide un préstamo al banco, tendrá que pagar tanto el capital como los intereses durante la vida del crédito”, declara Trujols.

Aclara que los bonos son similares, aunque de esta forma la empresa no solicita un préstamo al banco, sino al público en sentido general.

Otros expertos sostienen que una compañía en búsqueda de plazos largos para financiarse (más de cinco años) y pocas obligaciones financieras con sus acreedores verá mucho valor en el formato bono.

Detallan que para las compañías con rating público de grado de inversión o investment-grade, los mercados de renta fija son actualmente mucho más eficientes que el mercado bancario, no sólo en plazo, sino también en términos de coste financiero.

Pero manifiestan que el préstamo bancario en sus distintos formatos sigue siendo el instrumento de referencia para muchas compañías a la hora de endeudarse por la flexibilidad que ofrece en términos de repago anticipado sin penalización alguna y de renegociación de condiciones (plazo, tipo de interés, calendario de amortización) mediante novaciones.

Dicho esto, la forma de acceder al crédito dependerá de múltiples varias: tamaño de la empresa, rapidez, condiciones de tasas y demás. Así que, ambas formas tienen sus pros y contra, por lo tanto, el acceso a cualquiera de las dos formas dependerá del emprendedor o empresario.

 

 

 

 

 

 

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