La falta de conocimiento sobre el proceso de creación de pequeñas y medianas empresas (pymes) es uno de los males que nos afecta como sociedad. Pero para contrarrestar esta problemática, en febrero de 2015 se abrieron seis centros pymes en varias universidades. A través de estos centros, con los cuales las autoridades buscan erradicar ese mal, se impulsa una de las principales fuentes de empleos de la economía nacional y se genera un aporte significativo del producto interno bruto (PIB), pues los emprendedores son un soporte importante en la economía nacional.

El modelo de atención a las pymes implementado en República Dominicana tiene su origen en Estados Unidos, en la Administración de las Pequeñas Empresas (SBA, siglas en inglés). Uno de los objetivos de la Ley 488-08, que establece un régimen regulatorio para el desarrollo y competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme), publicada el 30 de diciembre de 2008, fue crear un marco que regule y promocione el desarrollo social y económico, a través de fortalecimiento competitivo.

Además, promover la formación de mercados altamente competitivos, mediante el fomento a la creación y desarrollo de una mayor cantidad de mipymes. También, al formalizar los beneficios para las mipymes se creó el Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Promipyme), el cual busca promover y contribuir sobre políticas públicas y el análisis del entorno económico a fin de evaluar su impacto sobre las pequeñas empresas.

En la actualidad existen seis centros pymes con una inversión que asciende a RD$54 millones. Cada uno le cuesta RD$9 millones de pesos al sector público-privado. Es decir, el Gobierno pone RD$4.5 millones y la universidad el resto.  En estos centros se les brinda asistencia gratuita, consultorías, asesoría técnica, capacitación y vinculación con el sector financiero a cualquier emprendedor o micro, pequeños y medianos empresarios.

Requisitos

Para una universidad poseer un centro pymes debe cumplir con varios requisitos, entre ellos  ganar una licitación, donde se evalúan criterios como la infraestructura disponible para el proyecto, la capacidad para tener pasantes de la propia academia y que la misma pueda servir de asesor a los empresarios y su capacidad financiera para asumir la contrapartida.

En enero de 2015 se realizó la primera convocatoria pública donde participaron 19 universidades, de las cuales se escogieron las actuales seis.

“En la primera licitación solo seis universidades mostraron capacidad de realizar alianzas, de poseer el personal requerido y de los requisitos necesarios para instalar centros Pymes”, según explicó en esa ocasión el director de Servicios de Apoyo a las Pymes, Noel Bou Vásquez.

Sin embargo, para recibir ayuda de un centro lo primero que hace el Ministerio de Industria y Comercio y Mipymes es revisar la situación del empresario, ya que estos deben tener sus informes financieros actualizados y lo segundo es que sus estados tienen que dar buenas señales de crecimiento para ser aceptados por la banca.

Expertos en el tema han declarado, en varias ocasiones, que el desconocimiento financiero es un problema, ya que muchos emprendedores no saben que la deuda se debe pagar con la producción del negocio.

Ojalá el camino de emprender en República Dominicana siga haciéndose cada vez más simple, desde el punto de vista impositivo, pero a la vez con más acompañamiento al emprendedor y mayor capacitación.  

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