La productividad es una de las mayores aspiraciones de todo freelancer, emprendedor y profesional, ya que una mente productiva es más eficiente y organizada, y por ende, más efectiva a la hora de lograr sus objetivos.
El problema surge cuando las personas asumen que serán más productivos en la medida en que hagan más y más cosas, y no en la medida en que realicen las tareas que verdaderamente importan para poder lograr lo que quieren.
Gestionar las tareas y las acciones que deben realizarse puede marcar la diferencia, pero existen una serie de actitudes, comportamientos y hábitos que pueden ser modificados para impulsar la productividad.
A continuación, compartimos nueve factores que pueden estar afectando tu productividad profesional:
- Confiar en la memoria: Creer que te acordarás de todas las cosas que tienes que hacer y que tu cerebro es el mejor sistema de almacenamiento que tienes. Está científicamente comprobado que la capacidad de retención de la memoria es cada vez menor. Tratar de recordar todas las tareas que tienes puede agotarte mentalmente y generar niveles de estrés excesivos. Existen otras herramientas, que van desde el papel y el lápiz hasta aplicaciones tecnológicas, para facilitarte la vida en este aspecto.
- No saber por dónde empezar: Es un error frecuente sentarse hacer algo y no saber por dónde empezar. Y esto ocurre porque no se realiza una planificación semanal, o porque no se revisa la hoja de ruta.
- Definir los plazos para concluir una tarea: Es posible que tengas que entregar un trabajo en una semana, y llegue el día de la entrega sin que hayas hecho nada. En la realización de tareas es importante tener un plazo para empezar y otro para concluirl, ya que en el día a día, se te pueden presentar situaciones no previstas que pueden poner en riesgo tu reputación como profesional.
- Asistir a reuniones improductivas: Estas son actividades sociales camufladas con el nombre de reuniones que se realizan en horas productivas del día. Lo ideal es que, si vas a participar en una reunión, que esta sea tenga un objetivo claro que pueda tener resultados medibles para tu empresa.
- Romper con el plan de prioridades: afecta tu productividad, en la medida en que estés pendiente de cosas que no son urgentes o cosas que pueden esperar.
- No descansar adecuadamente: el sueño y el descanso son los pilares de la productividad. Cuando no se descansa adecuadamente, al cuerpo le cuesta más realizar las tareas, concentrarse, enfocarse y tener buen ánimo.
- El multitasking: Aunque algunos seres humanos tienen la capacidad de hacer más de una tarea al mismo tiempo, numerosos estudios han confirmado que el multitasking es perjudicial para la calidad de tu trabajo. La persona productiva no es la que hace más de una cosa al mismo tiempo, sino aquella que hace una tarea bien, y antes de pasar a la siguiente, concluye la anterior.
- No valorar tus victorias: Cuando logras terminar un proyecto que te llevó mucho esfuerzo realizar y no lo celebras o refuerzas positivamente, el cerebro puede registrar esta actividad como algo negativo. Esa valoración de tus victorias puede darse con el simple hecho de llegar al final del día sabiendo que pudiste hacer todo lo que era importante para ti, que saliste a flote y que lograste tus objetivos del día.
- El perfeccionismo: Querer que las cosas salgan siempre perfectas puede robarte mucho tiempo, porque casi nunca vas a sentir que llegaste a ese grado de perfección que tanto añoras. Por ende, tu productividad disminuye y tu frustración aumenta.
Ser productivo, más que una estrategia o habilidad, es un estilo de vida. Diseña tus días para maximizarla, porque de ella depende tu fracaso, o tu éxito.
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